El futuro del sector ferroviario europeo no va por buen camino: ‘necesitamos gente’

El futuro del sector ferroviario europeo no va por buen camino: ‘necesitamos gente’

En los próximos diez años, el 45 por ciento de los maquinistas de Europa se jubilarán.

La situación no es exclusiva del sector ferroviario. En el sector vial, tres de cada diez conductores se jubilarán dentro de tres años, y entre cuatro y siete veces menos conductores jóvenes ocuparán su lugar.

“Necesitamos gente”, subrayó Livia Spera, secretaria general de la Federación Europea de Trabajadores del Transporte (ETF), en una conferencia celebrada en su sede en Bruselas el miércoles (26 de abril). “Las condiciones de trabajo deben mejorar y el atractivo del sector ferroviario es absolutamente crucial”.

Para debatir sobre los retos a los que se enfrenta el sector, la asociación, que representa a cinco millones de trabajadores, reunió a eurodiputados, conductores, interlocutores sociales y al director de transporte terrestre de la Comisión Europea, Kristian Schmidt.

“Todos estamos de acuerdo en que la directiva actual no es adecuada para su propósito”, dijo.

La Comisión está elaborando actualmente su propuesta de revisión de la Directiva sobre maquinistas, el reglamento que establece requisitos mínimos comunes para la certificación, formación y competencia de los maquinistas.

Todavía no hay un borrador de texto sobre la mesa, por lo que Schmidt no pudo revelar ninguna política o medida concreta.

Lo que sí reveló el director de transporte terrestre de la Comisión fue que la prioridad de la revisión será abordar las ineficiencias operativas que hacen que este modo de transporte sea más costoso.

De acuerdo a un Agencia Ferroviaria de la Unión Europea (ERA) del potencial del sistema ferroviario transfronterizo, las barreras técnicas, administrativas y legales son los principales obstáculos para reducir los tiempos de viaje y, por lo tanto, hacer que el transporte ferroviario sea más competitivo.

Un conductor en la sala de Estrasburgo ilustró bien el problema: su viaje a través de Suiza se retrasó hasta dos horas debido a un problema con la transmisión de documentos.

El analista de ERA, Torben Holvad, también señaló el idioma como un obstáculo.

Para sindicatos y trabajadores, la principal preocupación es que la Comisión proponga bajar el nivel mínimo de idioma (establecido en el nivel intermedio B1), exigir el inglés como idioma común o utilizar herramientas de traducción automática.

“La introducción del inglés [and retraining] supondría costes importantes y reduciría la competitividad”, comentó Alberto Mazzola, director de la Comunidad de Empresas Europeas de Ferrocarriles e Infraestructuras (CER).

Para otro conductor en la conferencia, los cambios en esta área pondrían en riesgo la seguridad de las personas. “Si lo reducimos [the language requirement]en realidad reduciremos la seguridad”, dijo.

Durante las tres horas y media de aportes casi se podía ver el boomerang yendo de un lado a otro de la sala, pero siempre de regreso a la Comisión.

Schmidt, a quien el secretario general de la ETF no se refirió como un “amigo” al presentar el panel (como lo hizo con los eurodiputados invitados), enfatizó varias veces que el lenguaje no era el objetivo principal de esta revisión.

La Comisión no está ‘obsesionada’ con el requisito del idioma, incluso afirmó.

Los interlocutores sociales, sindicatos y trabajadores temen que la situación del sector del transporte por carretera se repita en el sector del transporte por ferrocarril.

Quieren evitar el ‘dumping social’, donde las empresas contratan trabajadores de terceros países, les pagan por debajo del salario mínimo y no respetan sus derechos laborales.

Esta situación se ve ahora en Alemania, donde los trabajadores de Uzbekistán y Georgia llevan meses protestando contra las malas condiciones laborales y el impago de salarios.

Para la ETF y CER, el tema es claro: armonización de procedimientos, sí. Cambio de requisitos de idioma, no.

Licencia digital, sí. Licencia única para todas las certificaciones (independientemente de que sean nacionales, europeas o de empresa) y válida para todas las empresas, núm.

“Los permisos de conducción y los certificados complementarios no se fusionarán debido a sus diferencias, ya que cubren diferentes requisitos y conocimientos profesionales y no pueden armonizarse completamente a nivel europeo”, se lee. una declaración de ambas organizaciones.

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