Euro digital: ¿oportunidad o solución en busca de un problema?

Euro digital: ¿oportunidad o solución en busca de un problema?

El euro digital es una gran oportunidad para abordar problemas reales, como la falta de acceso a los pagos digitales, la fragmentación de la infraestructura de pagos europea y la fragilidad financiera. Una característica clave del euro digital es que es una forma de dinero intrínsecamente estable que podría, a largo plazo, convertirse en la columna vertebral estable del sistema monetario y financiero.

Sin embargo, hacer realidad este potencial requerirá un límite mucho más alto que los 3000-4000 € propuestos actualmente por el Banco Central Europeo (BCE).

Un acceso mucho más amplio a los euros digitales no solo mejoraría la estabilidad, sino que también sometería a los bancos a la competencia del mercado. Si se traslada una cantidad considerablemente mayor de fondos de los depósitos bancarios a las cuentas digitales en euros, los bancos tendrán que buscar fuentes de financiación alternativas, principalmente deuda a largo plazo y acciones. Esto puede aumentar los costos de financiamiento y reducir el crédito, pero ese crédito ahora tendrá un precio que refleje sus verdaderos riesgos y evite el problema de que los bancos privatizan las ganancias y colectivizan las pérdidas. La disciplina del mercado hará que los bancos y el sistema bancario sean más estables y resistentes a largo plazo.

Lamentablemente, la propuesta legislativa de la Comisión Europea presentada el mes pasado y los informes anteriores del BCE no alcanzan este potencial.

En los últimos dos años, varios comisionados y miembros de la junta del BCE han atribuido un gran potencial al dinero digital público.

Sin embargo, también han acotado los objetivos del euro digital y han integrado cada vez más los intereses de los bancos en el diseño, siguiendo los argumentos del lobby bancario.

Como resultado, la oportunidad de desarrollar una alternativa atractiva a los depósitos bancarios privados solo se ha aprovechado parcialmente, y la narrativa de la comisión y el BCE ahora se ha vuelto tan modesta que varios argumentan que el euro digital es “una solución que busca un problema”.

Sin embargo, hay una gran ̶ y atractiva ̶ narrativa que podría contarse. A corto plazo, la moneda digital podría convertirse en un medio de pago universalmente accesible para todos los europeos que ofrezca un alto nivel de privacidad y protección de datos y que sea gratuito para los usuarios. A más largo plazo, el dinero digital público ofrece una oportunidad única para resolver algunos problemas sistémicos en el sistema monetario y financiero.

Según un Investigación OMFIF en 2020, la confianza en los bancos comerciales es en gran medida negativa en la mayoría de los países desarrollados. Es probable que las recientes quiebras bancarias en EE. UU. y el rescate de Credit Suisse hayan socavado aún más esta confianza.

Un problema con el sistema monetario actual es que los depósitos bancarios y los bancos son inherentemente frágiles. O, como lo expresó Martin Wolf, comentarista jefe de economía del Financial Times: “Los bancos están diseñados para fallar, y lo hacen”.

Para evitar la inestabilidad, los bancos y los depósitos bancarios ahora están fuertemente protegidos y regulados. Los ejemplos incluyen sistemas de garantía de depósitos exigidos por ley y garantías gubernamentales implícitas para salvaguardar los depósitos. La fragilidad inherente, las garantías explícitas e implícitas, las regulaciones cada vez más complejas y el enredo de los asuntos públicos y privados son problemas sistémicos, pero actualmente la comisión y el BCE no los mencionan como “generadores de problemas”.

Recientemente, el comité de asuntos económicos y monetarios del Parlamento Europeo pidió a tres economistas y dos juristas que evaluaran los informes del BCE. Todos estos expertos también cuestionan el límite y argumentan que el euro digital posiblemente podría hacer que la política monetaria sea más directa y efectiva.

Desafortunadamente, la comisión y el BCE no abordan sus evaluaciones.

En una fase de transición, podría justificarse un límite para dar tiempo a todos los actores del sector financiero a adaptarse, pero debería eliminarse gradualmente con el tiempo. Un aumento gradual de los topes podría ir de la mano con una reducción gradual de los esquemas de garantía de depósitos que ahora garantizan una gran cantidad de financiamiento barato para los bancos.

Reducir las protecciones gubernamentales y las regulaciones del sector bancario y nivelar el campo de juego conducirá al crecimiento de instituciones alternativas de pago y préstamo. Esto aumentará la competencia y la diversidad, y reducirá nuestra dependencia total de los bancos demasiado grandes para quebrar y los problemas que tales bancos han demostrado crear para la estabilidad financiera.

Lograr un sistema monetario estable y profundizar los mercados financieros europeos en la era digital es de interés para todos. Un euro digital bien diseñado tiene el potencial de servir a los intereses de las personas y mejorar la estabilidad financiera a largo plazo. Por el momento, la comisión de la UE y el BCE prestan demasiada atención a las preocupaciones de la industria de la banca comercial que ve su modelo de negocio tradicional bajo presión.

El modelo bancario europeo cambiará pero sobrevivirá, al igual que las inversiones productivas. El BCE y la comisión deben garantizar que el euro digital se convierta en una forma atractiva de dinero digital público y contribuya a resolver problemas sistémicos en el sistema monetario y financiero.

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