Lo bueno, lo malo y lo feo

Lo bueno, lo malo y lo feo

La Unión Europea tiene impresionantes ambiciones digitales y una serie igualmente impresionante de iniciativas, propuestas, directivas y regulaciones, todas diseñadas para hacer que el bloque sea “apto para la era digital”.

Y hay mucho que recomendar en los planes de la UE. Como subraya el bloque, la transición digital ciertamente debería funcionar para todos, poner a las personas primero y abrir nuevas oportunidades para los negocios.

  • Somos espiados, manipulados y acosados ​​en línea, la información errónea y la desinformación prosperan en la “nube” digital amorfa: la UE tiene razón al tratar de poner algo de orden en el mundo digital (Foto: EUobserver)

La inteligencia artificial (IA) debe desarrollarse de manera que respete los derechos de las personas y también se gane su confianza. Las plataformas en línea deben actuar de manera responsable.

Las soluciones digitales también son clave para luchar contra el cambio climático, lograr una transición verde y pueden ayudar a fomentar una sociedad abierta y democrática.

Como lo ilustra la expansión de la directiva GDPR de la UE (que significa Reglamento General de Protección de Datos), también hay mucho que elogiar en la apuesta de la UE por convertirse en un marcador de tendencias global para las normas en línea y un modelo a seguir global para la economía digital.

En general, los países del Sur Global agradecen el apoyo de la UE a sus esfuerzos por digitalizarse y desarrollar estándares globales.

Ese es el lado bueno de la Europa digital. Refleja las formas en que la UE tiene un impacto positivo tanto en los desarrollos digitales nacionales como en las transformaciones tecnológicas más amplias que tienen lugar en todo el mundo.

Sin embargo, seguir las buenas palabras de la UE puede ser un desafío. Y ahí es donde acechan los peligros.

Las contribuciones de esta revista no pretenden proporcionar una guía objetiva y completa para ayudar a los lectores a navegar por los altibajos de la Europa digital. Porque ese es el trabajo de las propias instituciones de la UE.

Nuestra publicación proporciona información importante sobre la ‘jungla digital’ de la UE, y hay un práctico diccionario de jerga y acrónimos tecnológicos clave, para ayudarnos a encontrar nuestro camino sin perdernos entre los árboles.

En una franca entrevista detrás de escena, la vicepresidenta de la Comisión de la Unión Europea, Margarethe Vestager, nos dice que además de luchar contra los gigantes digitales del mundo, también le preocupa un futuro en el que la tecnología tome aún más control de nuestras vidas.

Analizamos los pros y los contras de las formas en que la inteligencia artificial se está apoderando de nuestras vidas, y las grandes batallas que se avecinan para regular (al menos algunos) aspectos de la IA.

También hay un intento de definir el enfoque real de la búsqueda de la UE de la llamada ‘autonomía estratégica digital’.

Como editor, estoy interesado en explorar algunas de las historias no contadas de cómo este mundo digital en rápida transformación está impactando en los valores de la UE, en la política de migración y cuántos de los socios de la UE miran a la Europa digital.

Aquí también hay malas noticias y buenas noticias. La UE está pisoteando sus propios valores y el derecho a la privacidad y la protección de datos de las personas a medida que amplía su recopilación de datos en áreas como la migración, según el propio asesor de protección de datos de la UE.

Nuestro artículo sobre ‘África digital’ señala que, a pesar de todo lo que se habla de construir una asociación UE-África “igualitaria”, la mentalidad colonial de la UE le impide comprender, e invertir en, la impresionante transformación digital en curso de África.

Aún así, a pesar de sus notables logros digitales, los estados africanos, más China y los países de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) esperan forjar asociaciones digitales más sólidas con la UE.

Como señala uno de nuestros autores, ahora depende de la UE responder a tales iniciativas yendo más allá del “tribalismo digital” y trabajar para expandir las relaciones con estados afines y “diferentes”.

Nuestro mundo digital está ampliando nuestros horizontes todos los días, mientras nos esforzamos por lograr el equilibrio adecuado entre estar en línea y fuera de línea, y reflexionar sobre la plataforma social ‘correcta’ para usar para comunicarnos con amigos y familiares y nuestros nuevos ‘amigos digitales’: la redes que hemos construido con personas que comparten, o no comparten, nuestras preocupaciones en todo el mundo.

La tecnología nos ayudó a vivir y trabajar incluso cuando la pandemia nos obligó a quedarnos en casa. Es cómo ayudarnos a encontrar un mejor ‘equilibrio entre el trabajo y la vida’ entre trabajar desde la oficina y trabajar desde casa.

Sin embargo, también somos espiados, manipulados y acosados ​​en línea. La desinformación y la desinformación prosperan en la “nube” digital amorfa, afectando las elecciones y tratando de propagar el odio.

La UE tiene razón al tratar de poner algo de orden en el mundo digital. Pero al hacerlo no debe olvidar sus valores.

Este artículo apareció por primera vez en la revista de EUobserver, Digital EU: the Good, the Bad — and the Ugly, que ahora puede leer en su totalidad en línea.

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