Niños, ancianos y vulnerables: las víctimas de la contaminación del aire

Niños, ancianos y vulnerables: las víctimas de la contaminación del aire

A pesar de los buenos avances en la mejora del aire que respiramos, la mala calidad del aire sigue siendo un riesgo para la salud de los europeos. Además de causar muertes, por ejemplo por cáncer y enfermedades cardíacas, la contaminación del aire afecta significativamente la calidad de vida de las personas que padecen enfermedades como el asma y la diabetes.

En general, la contaminación del aire sigue planteando el mayor riesgo medioambiental para la salud de las personas en Europa. Esto quedó claro en la reciente Foro de la UE sobre aire limpio en Róterdamdonde expertos, líderes políticos y activistas nacionales y de la UE pidieron que se intensificaran las acciones para abordar la contaminación del aire, especialmente en nuestras ciudades.

El hecho es que el número de muertes debidas a la exposición a la contaminación del aire sigue siendo demasiado elevado. Según las últimas estimaciones de la Agencia Europea de Medio Ambiente, al menos 253.000 muertes en la UE en 2021 fueron atribuibles a la exposición a niveles de partículas finas (PM2,5) superiores al valor guía de la OMS de 5 µg/m3. Ese mismo año, la contaminación por dióxido de nitrógeno provocó 52.000 muertes y la exposición breve al ozono provocó 22.000 muertes atribuibles en la UE.

El daño real relacionado con la contaminación del aire es aún mayor, ya que sabemos que es probable que la contaminación por debajo de los niveles recomendados por la OMS también afecte negativamente nuestra salud. Tampoco debemos olvidar el impacto que tiene la contaminación al causar o empeorar enfermedades crónicas existentes, y los importantes costos que sigue suponiendo para nuestros sistemas de salud.

La carga de la contaminación del aire también recae desproporcionadamente sobre los más vulnerables de nuestra sociedad, y las desigualdades sociales y económicas están relacionadas con la exposición a una peor calidad del aire. Los niños y los ancianos tienden a sufrir las peores consecuencias para la salud al respirar aire contaminado, mientras que las personas con ingresos más bajos suelen vivir en las zonas más contaminadas.

A esto se suman los crecientes impactos del cambio climático, como las olas de calor que hemos visto en los últimos años, o las emisiones de los incendios forestales relacionados con el cambio climático, que también exacerban el problema.

Los riesgos que plantea la contaminación del aire también pueden verse incrementados por los cambios en los patrones climáticos. Por ejemplo, las concentraciones de ozono a nivel del suelo pueden aumentar durante los períodos cálidos y secos. La disminución de las precipitaciones en algunas partes de Europa también puede reducir la dilución y la deposición de partículas, lo que da como resultado mayores concentraciones en el aire.

Cóctel de contaminación más calor

En particular, los impactos combinados de la contaminación del aire y el calor extremo pueden resultar en tasas de mortalidad más altas, particularmente para los ancianos y las personas con enfermedades existentes. El mayor riesgo asociado con la exposición combinada exige además medidas aún más urgentes para reducir la contaminación del aire, reducir las enfermedades relacionadas y aumentar la capacidad de la población para hacer frente a temperaturas más altas.

El cóctel de contaminación y calor es particularmente grave en las ciudades, donde la calidad del aire es mala y el efecto de isla de calor urbana provoca temperaturas locales aún más altas.

Por eso es tan importante que los responsables de la toma de decisiones a nivel europeo, nacional y local sean plenamente conscientes de los impactos que la contaminación del aire está teniendo en la salud de los ciudadanos y en los ecosistemas, y de la urgencia de proteger a los más afectados. Una mayor conciencia pública sobre los impactos de la contaminación del aire en la salud también puede ayudar a crear un mayor apoyo a nuevas políticas y acciones para mejorar la calidad del aire.

Gracias a la legislación de la UE, incluida la Directivas sobre la calidad del aire ambientey la acción a nivel nacional, regional y local, el número de muertes atribuibles a la exposición a la contaminación por partículas finas en la UE se ha reducido casi a la mitad en las últimas dos décadas.

Europa está en camino de alcanzar el objetivo de su plan de acción de contaminación cero de reducir estas muertes en un 55 por ciento para 2030, en comparación con 2005.

Sin embargo, alcanzar este objetivo seguirá dejando un número significativo de muertes cada año, y la visión final es reducir la contaminación a niveles que ya no sean perjudiciales para la salud. Lograr este objetivo para 2050 requerirá importantes acciones adicionales.

Para proteger la salud de nuestros ciudadanos, la UE y todos nuestros países miembros deberían aspirar a cumplir las directrices de la OMS sobre contaminación del aire.

El refuerzo de las normas existentes en la legislación de la UE respaldará este objetivo, así como las acciones para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en consonancia con los objetivos climáticos de la UE. La Agencia Europea de Medio Ambiente sigue comprometida a apoyar estos esfuerzos, proporcionando conocimientos relevantes y fiables a los responsables políticos y al público europeo.

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