Europa necesita una política agrícola común más verde



Los agricultores europeos gestionan el 48 por ciento de la tierra en la UE, por lo que los agricultores desempeñarán un papel clave en la realización de estas ambiciones.

Si la UE realmente quiere ser un líder ecológico, necesita una Política Agrícola Común (PAC) más ecológica que pueda ser una herramienta activa para los Estados miembros en la transición ecológica.

La propuesta de reforma de la comisión de junio de 2018 es un paso en la dirección correcta.

Introduce innovaciones importantes como los llamados eco-esquemas donde los estados miembros tendrán que establecer esquemas verdes para el clima y el medio ambiente en pilar 1 que de otro modo se usa principalmente para el apoyo de ingresos

Sin embargo, debemos ser aún más ambiciosos.

El apoyo a los ingresos del pilar 1 sigue siendo importante para los agricultores europeos. Esto significa que los requisitos de apoyo tienen un impacto significativo en el comportamiento de los agricultores.

La comisión propone mantener las reglas existentes que requieren que las áreas cumplan con los criterios de actividad agrícola.

Significa que si partes de las áreas se convierten en arbustos o áreas húmedas por encima de un cierto tamaño, estas áreas dejan de ser elegibles para recibir apoyo.

Esto brinda a los agricultores un incentivo para eliminar estas áreas en detrimento del medio ambiente, la biodiversidad y la lucha contra el cambio climático.

Consecuencias no deseadas

Desde una perspectiva de sostenibilidad, esta es claramente una consecuencia no deseada.

Los agricultores deben recibir un incentivo para mantener pequeños biotopos y áreas húmedas en su campo.

Por lo tanto, proponemos dar a los Estados miembros la opción voluntaria de permitir que los biotopos pequeños como árboles, arbustos y áreas húmedas sean elegibles para recibir apoyo directo si estas áreas naturales se desarrollan dentro del área agrícola existente.

Esto facilitaría la vida de los agricultores y haría más ecológicos los incentivos de la Política Agrícola Común.

También sería beneficioso en la lucha contra el cambio climático si los Estados miembros tuvieran la opción de mantener el apoyo a los ingresos para las áreas agrícolas que se han rehidratado por razones climáticas.

La hidratación de los suelos es una medida eficiente de mitigación del clima y también puede servir como parte de la adaptación climática al evitar la inundación de otros campos y ciudades.

Las áreas agrícolas forestadas también deberían ser elegibles para recibir apoyo directo, sin importar si la forestación es apoyada o no por el presupuesto agrícola. Deben ser las acciones de los agricultores lo que cuenta y no la fuente de financiamiento.

Algunos pueden temer que esta sea una Caja de Pandora que les daría a los miembros la opción de apoyar áreas no agrícolas o expandir el área elegible para recibir apoyo. Sin embargo, la propuesta no conducirá a una expansión del área general ya que solo dará flexibilidad dentro del área existente.

Además, debemos abandonar el pensamiento convencional sobre la naturaleza voluntaria de los esquemas de subsidios.

La Política Agrícola Común se basa en reglas de condicionalidad básicas obligatorias y esquemas voluntarios que los agricultores pueden decidir solicitar o no.

Este enfoque tiene sentido cuando los requisitos afectan a todos los agricultores de la misma manera.

Pero los nuevos requisitos a menudo afectarán a los agricultores de manera diferente debido a razones objetivas más allá de su control, como las características locales del suelo. Para alcanzar nuestras ambiciones ecológicas, las soluciones más rentables serán dirigir nuestros pagos a aquellos que tienen que hacer más.

Por lo tanto, debería ser posible compensar, por ejemplo, a los agricultores con más suelos ricos en carbono que necesitan hacer más que aquellos colegas con suelos menos ricos en carbono.

La idea de requisitos compensados ​​no es una sugerencia radical. Esta opción es parte del programa de desarrollo rural (conocido como pilar 2)

En el pilar 2, la compensación es posible cuando la implementación nacional de las directivas Natura 2000 y Water Framework afectan a algunos agricultores más que a otros.

Lamentablemente, la propuesta de la comisión no allana el camino para un enfoque más ambicioso. Consideramos imperativo ir más allá del status quo y extender las posibilidades existentes a los nuevos esquemas ecológicos en el pilar 1.

Además, debemos basarnos en las normas actuales y permitir requisitos compensados ​​similares para reducir las emisiones climáticas o proteger el agua potable.

Estos son los desafíos que la futura Política Agrícola Común debería poder abordar.

Finalmente, el dinero también importa. Necesitamos obtener los instrumentos correctos, pero también debemos asegurarnos de que una mayor parte de la Política Agrícola Común se gaste en medio ambiente, cambio climático y biodiversidad.

Por lo tanto, proponemos que todos los Estados miembros estén obligados a asignar una parte significativa de su presupuesto agrícola total para fines ecológicos.

Esto es clave para garantizar que todos los Estados miembros contribuyan a alcanzar las ambiciones ecológicas de la UE.

En toda Europa, la gente quiere y merece un futuro más verde.

Creemos que la nueva Política Agrícola Común debería reflejar esto.

LO MÁS LEÍDO

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *