¿Por qué el aborto seguirá siendo ilegal en Malta en 2024?

¿Por qué el aborto seguirá siendo ilegal en Malta en 2024?

El miércoles (14 de febrero) alrededor de 70 valientes activistas abortistas de Malta se reunirán en Bruselas. ¿Su misión? Exigiendo que se respete el derecho a su propio cuerpo. Esta audaz medida arroja luz sobre una cuestión crucial que necesita atención inmediata: debemos asegurarnos de que el derecho al aborto forme parte de la Carta de Derechos Fundamentales de la UE.

Porque si bien la Unión Europea a menudo se enorgullece de defender la igualdad de género en todo el mundo, como promover políticas globales para poner fin a la mutilación genital femenina, aumentar las oportunidades educativas para las niñas y erradicar la pobreza femenina, dentro de un país en nuestro propio territorio, las mujeres están sufriendo bajo leyes misóginas.

Malta es uno de los pocos países europeos donde el aborto sigue si endo ilegal en casi todas las circunstancias, incluidos los casos de violación e incesto, lo que lo convierte en uno de los más estrictos del mundo. Negar el acceso al aborto legal y seguro no sólo viola los derechos fundamentales de las mujeres, sino que también impone una carga innecesaria a quienes enfrentan decisiones difíciles y a menudo traumáticas y crea una cultura de vergüenza y estigma.

En consecuencia, obliga a las mujeres maltesas a buscar procedimientos inseguros en el extranjero.

Una nueva ley prometedora resulta contraproducente

En julio de 2023, el gobierno maltés introdujo una nueva ley, el llamado ‘Proyecto de ley 28’, cuyo objetivo inicialmente pretendido era suavizar ligeramente las leyes sobre el aborto permitiendo el procedimiento en situaciones que suponen un riesgo grave para la salud de la mujer embarazada.

Fue devastador ver cómo el Proyecto de Ley 28 finalmente terminó eliminando derechos, agregando más barreras para acceder a la atención del aborto y poniendo la salud de las mujeres en un riesgo aún mayor que antes.

Según la nueva ley, un médico sólo puede interrumpir un embarazo si la vida de la persona está en “riesgo inmediato”. En los casos en que la vida de una mujer esté en “grave peligro”, los médicos deben remitirla a un panel médico de tres médicos antes de conceder el permiso para el aborto. Este enfoque pone en peligro la vida de las mujeres al introducir retrasos potencialmente fatales, en los que se puede perder un tiempo crucial.

Es en este contexto que la presencia de los activistas abortistas malteses en Bruselas se convierte en un momento crucial: la urgencia de su misión exige nuestra atención. Es por eso que nosotros, el grupo Renovar Europa en el Parlamento Europeo, estamos luchando incansablemente para que se modifique la Carta de Derechos Fundamentales de la UE para incluir el derecho al aborto seguro y legal en toda nuestra Unión. El año pasado conseguimos que el parlamento apoyara nuestra iniciativa y ahora estamos trabajando para llevarla al siguiente nivel.

Es hora de que Malta se libere de las cadenas de una legislación antigua y allane el camino hacia un futuro mejor, otorgando a las mujeres plena autonomía sobre su salud y sus derechos sexuales y reproductivos. Sólo cuando limpiamos nuestro propio jardín podrá la UE convertirse en un actor serio que defienda los derechos de las mujeres en otros lugares.

Por un largo tiempo, mi grupo político, Renovar Europaha presionado para incluir la situación en Malta en la agenda del Parlamento Europeo para arrojar luz sobre el sufrimiento de sus mujeres y nuestra responsabilidad de garantizar que se respeten sus derechos fundamentales.

Hemos solicitado múltiples debates y resoluciones en el pleno y en la Comisión de Derechos de la Mujer e Igualdad de Género del Parlamento Europeo, pero sin éxito ni apoyo de los demás grupos políticos principales. Lamentablemente, el apetito de algunos grupos políticos por dar visibilidad a esta cuestión es pequeño debido a su interés en proteger a sus propios gobiernos y líderes. En realidad, nuestro trabajo como legisladores es proteger a nuestros ciudadanos, no a nuestros políticos.

Mientras tanto, países de todo el mundo (e incluso en Europa, con el nuevo gobierno de Polonia) están reevaluando su postura sobre el aborto, reconociendo la importancia de salvaguardar los derechos reproductivos de las mujeres. Malta no debe permanecer aislada en su enfoque conservador sino alinearse con las tendencias globales que priorizan la autonomía y la salud de las mujeres.

Mientras las voces de estos activistas resuenan en los pasillos de Bruselas, es un llamado a la UE a cumplir su compromiso con los derechos fundamentales dentro de sus fronteras. El gobierno debe entablar un diálogo constructivo con las partes interesadas, incluidos los profesionales de la salud, los activistas y las mujeres afectadas por estas leyes restrictivas.

Porque legalizar el aborto no es sólo una cuestión de política; es una declaración de compromiso con los derechos de las mujeres. Si ni siquiera podemos hacer eso en Europa, ¿dónde podremos hacerlo?

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