Es el período más difícil para muchos en Europa. Decenas de miles de personas han muerto, cientos de miles han sido infectadas, millones han perdido sus empleos y muchas decenas de millones han sido esencialmente confinadas en sus hogares.
Pero este fin de semana pareció marcar un punto de inflexión, al menos para algunos países. Italia, España y Francia tienen visto consistentemente gotas
La batalla de la salud está lejos de terminar. Algunas partes de Europa tienen más de una semana de retraso en cuanto a la propagación del virus. En el Reino Unido
Sin embargo, ahora la atención se está convirtiendo en una estrategia de salida.
Esto no solo ha sido una emergencia de salud sino también económica. El ministro de finanzas de Francia, por ejemplo, anunció hoy que el país podría ver la mayor recesión desde la Segunda Guerra Mundial. Entonces, el enfoque se está moviendo a preguntas como: ¿cómo reiniciamos nuestras economías? hacer que las empresas abran nuevamente; hacer que la gente vuelva al trabajo? ¿Todo mientras limita el riesgo de un posible segundo pico en los casos de coronavirus?
Bueno, los gobiernos han comenzado a trabajar en esto.
Francia, España, Bélgica y Finlandia se encuentran entre los muchos que han establecido comités de expertos para examinar una disminución gradual de las órdenes de quedarse en casa. Y hoy Austria se convirtió en el primer país de la UE en anunciar que comenzará a reabrir su economía. Las tiendas más pequeñas volverán a abrir sus puertas a partir de la próxima semana, mientras que todos los minoristas y centros comerciales volverán a funcionar el 1 de mayo.
Los gobiernos están tratando de lograr un buen equilibrio.
Cuanto más tiempo permanezca cerrada la economía de un país, mayor será el número de cierres forzados de pequeñas empresas. Y también hay un efecto knock-on más amplio. Cuanto mayor sea tasa de desempleo, cuanto más nos costará a todos en los próximos años.
Y esto no se trata solo del impacto económico. El bloqueo está presionando la salud mental de las personas, los casos de abuso doméstico están aumentando y la educación y las perspectivas de millones de jóvenes se ven afectadas. Cualquier relajación de las reglas será gradual. Dinamarca y Bélgica, por ejemplo, están considerando dividir las clases, y la semana escolar, en dos, para permitir un mejor distanciamiento social.
Pero la vida no volverá a la normalidad pronto.
No hay respuestas fáciles y todavía no hay un camino claro. Sin embargo, dos cosas se han vuelto obvias. En primer lugar, todos nosotros tendremos que trabajar duro para evitar un segundo pico a finales de este año. Y en segundo lugar, los períodos indefinidos de encierro son simplemente insostenibles.
Darren McCaffrey es el editor político de Euronews.
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