El desbordamiento político de la cuestión catalana no resuelta en España

El desbordamiento político de la cuestión catalana no resuelta en España

A medida que Europa marca el comienzo de 2023, la atención pronto se centrará en las incógnitas conocidas más importantes del próximo año. Vale la pena seguir de cerca a España, que celebrará elecciones parlamentarias nacionales en diciembre.

En el cuarto país más grande de la Unión Europea, la cuestión no resuelta de la independencia catalana continúa impulsando el debate político, a pesar de su relativa efervescencia desde la explosiva crisis de hace varios años, y será un factor importante antes de las elecciones.

Es preocupante que exista una alta probabilidad de que la contienda de diciembre afiance aún más la influencia perniciosa de la cuestión catalana tanto en la política española como en la de la UE.

La relación actual entre Cataluña y el gobierno español fue inconmensurablemente moldeada por el referéndum de independencia no sancionado de 2017.

El movimiento que impulsó el referéndum surgió de años de injusticia percibida cometida por Madrid, incluida la reforma del Estatuto de Autonomía de la región de 2006 y continuo enfrentamientos por política fiscal

y los derechos lingüísticos catalanes.

Más del 90 por ciento de los votantes apoyó la independencia en las urnas, aunque la baja participación de alrededor del 43 por ciento arrojó dudas sobre afirmaciones de una victoria abrumadora.

En respuesta, el ex presidente del Gobierno Mariano Rajoy despojó temporalmente a Cataluña de sus poderes autónomos y disolvió el parlamento regional.

Las tensiones se mantuvieron altas hasta 2019, cuando La violencia estalló en las calles de Barcelona ya que nueve de los organizadores del referéndum enfrentaron cargos de sedición y uso indebido de fondos públicos, con riesgo de hasta 13 años de prisión.

A pesar de el apoyo a la independencia dentro de Cataluña ha disminuido desde entoncesla cuestión catalana sigue dominando la política española.

Si bien sigue siendo improbable un referéndum sancionado por Madrid, el enfoque conciliador adoptado por el presidente catalán Pere Aragonès y el primer ministro Pedro Sánchez ha abierto una nueva ventana para las negociaciones y concesiones a la causa catalana.

En junio de 2021, Sánchez indultó a los nueve políticos catalanes acusados ​​de sedición.

En diciembre pasado, el gobierno fue más allá al eliminar la ley de sedición del código penal del país, cumpliendo una petición clave de los líderes catalanes.

A pesar de estas propuestas, las revelaciones del uso de spyware por parte del gobierno en políticos catalanes, luchas políticas internas dentro del movimiento separatistay un percepción de injerencia judicial anticatalana han impedido que las tensiones entre Madrid y Barcelona se calmen por completo.

A medida que se acercan las elecciones generales, los partidos de todo el espectro político sin duda destacarán estos desarrollos en un intento por obtener apoyo. Desde que Alberto Núñez Feijóo asumió la presidencia del Partido Popular el pasado mes de mayo, el partido conservador de la oposición ha mantenido sistemáticamente una liderar en las encuestas.

Pero con un año de campaña por delante, el la carrera se esta apretando. En un esfuerzo por cuestionar la lealtad nacional de Sánchez, Feijóo ha criticó las recientes reformas del gobierno

y acercamiento a Cataluña.

Del mismo modo, el partido de extrema derecha Vox espera que los esfuerzos del gobierno para trabajar con Aragonès resulten contraproducentes antes del día de las elecciones. Mientras tanto, los socialistas (PSOE) y sus aliados, incluidos los partidos catalanes cuyo apoyo se necesita para gobernar, están La facturación disminuyó las tensiones con Cataluña como un éxitohaciendo de este registro un punto de venta con los votantes.

La continua precedencia política de la cuestión catalana no resuelta está pasando factura a España. Las posturas polarizadas de los principales partidos de España han llevado a la fragmentación y al estancamiento, con los nombramientos estancados para el Consejo General del Poder Judicial citados como un factor principal detrás de la reciente degradación de España por parte de The Economist Intelligence Unit a una “democracia defectuosa”.

Evidentemente, esta disfunción se ha contagiado a los españoles, el 68 por ciento de los cuales se declara insatisfecho con la democracia en un encuesta reciente de 19 economías avanzadas—la cifra más alta de todos los países encuestados. La situación podría empeorar aún más si la estratagema de Feijóo para conseguir apoyo inflamando el conflicto catalán da sus frutos, y los acontecimientos recientes sugieren que el PP podría tratar de formar una coalición con la extrema derecha.

Tal escenario conllevaría riesgos no solo para España sino para la Unión Europea. Un gobierno español que incluya a Vox se sumaría a la tendencia reciente de la UE que ha visto a la extrema derecha llegar al poder tanto en Italia como en Suecia, fortaleciendo la oposición iliberal a una cooperación más profunda en temas urgentes como la migración. Además, el probable regreso de Feijoo al enfoque de línea dura adoptado por Rajoy podría dar un vuelco en la agenda de ampliación recientemente revitalizada de la Unión Europea.

Los paralelismos entre Cataluña y Kosovo, cuya independencia España aún no reconoce, amenazan con socavar la credibilidad de la UE en sus esfuerzos continuos para negociar un acuerdo entre Pristina y Belgrado que es necesario para la plena integración de los Balcanes Occidentales en el bloque.

Mucho dependerá de cómo se desarrollen los próximos meses. Las elecciones municipales de España en mayo proporcionarán una reveladora prueba de fuego del clima político antes del evento principal parlamentario.

Si la derecha está lista para la victoria, es posible que se esté acabando el tiempo para negociaciones más significativas entre Madrid y Barcelona. Sin embargo, es esencial forjar un camino claro hacia adelante: dejar abierta la cuestión catalana por más tiempo solo continuará envenenando la política de España y Europa en general.

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