Impulso final para acuerdo UE-Mercosur, en medio de temores de deforestación

Impulso final para acuerdo UE-Mercosur, en medio de temores de deforestación

Finalizar el acuerdo UE-Mercosur es una prioridad para la UE y la próxima presidencia española del consejo de la UE, de cara a una cumbre con los países de América Latina y el Caribe que se celebrará en Bruselas los días 17 y 18 de julio.

Pero, ¿pueden concluir las negociaciones sobre un acuerdo comercial tan controvertido y anticuado a tiempo para la reunión de mediados de julio? Las esperanzas son altas en Bruselas, pero las conversaciones aún podrían desmoronarse.

  • La presidenta de la comisión de la UE, Ursula von der Leyen, viajará la próxima semana a Brasil, Argentina, México y Chile (Foto: Parlamento Europeo)

“Concluir el acuerdo UE-Mercosur unirá a dos regiones en una asociación en la que todos ganan”, dijo el miércoles (7 de junio) a los periodistas el comisario de comercio, Valdis Dombrovskis, al presentar una agenda renovada para impulsar las relaciones con América Latina.

Las relaciones de la UE con la región se han visto obstaculizadas por la falta de avances en el acuerdo de Mercosur.

Luego de casi 20 años de negociaciones entre los países del Mercosur (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) y la UE, las dos regiones llegaron a un acuerdo comercial en 2019.

Sin embargo, las preocupaciones de larga data con respecto a la sostenibilidad, en particular sobre la deforestación en la selva amazónica de Brasil, han creado obstáculos para finalizar el acuerdo político.

Además de eso, Dombrovskis reconoció que también hay preocupaciones planteadas por los países del Mercosur sobre el impacto del Pacto Verde Europeo en sus países.

Según el eurodiputado verde francés Yannick Jadot, el Green Deal es visto como “una forma de neocolonialismo, mediante el cual Europa impondría su agenda sobre el clima, los bosques y las personas”.

Instrumento de sostenibilidad

La UE presentó un ‘instrumento de sostenibilidad’ adicional a los países del Mercosur para condicionar la protección ambiental para finalizar el acuerdo comercial.

Pero el gobierno brasileño criticó previamente las reglas europeas como “extremadamente rígidas”, informó AFP.

La UE espera ahora la respuesta del Mercosur a la propuesta del instrumento, ya que se espera que los negociadores de ambas partes se reúnan a finales de junio para tratar de llegar a un acuerdo.

La presidenta de la comisión de la UE, Ursula von der Leyen, viajará la próxima semana a Brasil, Argentina, México y Chile para presentar la nueva agenda para una relación renovada entre la UE y la región, y se espera que el acuerdo Mercosur ocupe un lugar destacado en la agenda.

La semana pasada, el presidente izquierdista de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, dijo que su gobierno no firmará un acuerdo sin ajustes a las reglas de contratación pública, ya que el acuerdo permitiría a las empresas de la UE y del Mercosur participar en licitaciones para compras del sector público como ‘locales’. compañías.

Pero la comisión de la UE advirtió contra la reapertura de las negociaciones.

“El consejo general de la comisión es no reabrir el acuerdo. Ha sido negociado durante mucho tiempo”, dijo Dombrovskis. “Si reabrimos ahora, alterando este equilibrio económico, esto puede conducir nuevamente a largas negociaciones con resultados inciertos”.

Sólo el año pasado, el comercio de la UE con México y Mercosur valía 240.000 millones de euros, lo que representa el 65 por ciento del comercio total con la región, según la comisión.

‘Imperativo estratégico’

Cualquier avance en las negociaciones sería especialmente importante en el contexto de la presidencia española del Consejo de la UE que comenzará en julio.

Pero incluso si se llega a algún tipo de acuerdo político a mediados de julio, el proceso de ratificación del acuerdo Mercosur sería largo y difícil.

“Será posible preparar una declaración política conjunta para julio. Pero el proceso de ratificación aún no está claro. Si se requiere la unanimidad, entonces podría ser difícil”, dijo a EUobserver Mathilde Dupré, directora del Instituto francés Veblen.

Mientras España, con el apoyo de Alemania y Portugal, pide una rápida conclusión de las negociaciones, países como Francia se han manifestado abiertamente en contra de la ratificación del tratado de libre comercio. Los parlamentos nacionales de Austria y los Países Bajos también han planteado preocupaciones climáticas sobre el acuerdo comercial.

Si bien las negociaciones del Mercosur aún son complejas y difíciles, la próxima UE-CELAC [Community of Latin American and Caribbean States] La cumbre también se ve como una oportunidad geopolítica para revivir las relaciones con la región después de años de distanciamiento.

La última cumbre UE-CELAC tuvo lugar en 2015.

“En el contexto geopolítico actual, para reforzar la relación, la asociación entre la UE y América Latina y el Caribe es un imperativo estratégico”, dijo el jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, quien señaló que esta asociación en ocasiones se ha “dado por hecho”. o incluso “descuidado”.

Preocupaciones por la deforestación y los pesticidas

Mientras tanto, un estudio encargado por los Verdes en el Parlamento Europeo reveló el miércoles que el acuerdo del Mercosur y el aumento de las exportaciones de carne podrían conducir a la deforestación de un área de entre 620.000 hectáreas a 1,35 millones de hectáreas.

“Si se fomenta más la producción de azúcar y de etanol en el Mercosur, los productores levantarán cada vez más tierra, especialmente pastizales permanentes y esto, por supuesto, (…) también contribuirá a la deforestación”, dijo Baptiste Buczinski, uno de los autores del estudiar.

Además, los investigadores estimaron que las exportaciones de carne de ganado podrían aumentar del 23 al 56 por ciento, lo que representa una desventaja competitiva para los criadores europeos.

El acuerdo aumentará el comercio, pero también tendrá efectos negativos en la atención de la salud y la contaminación climática, debido a un aumento en el uso de pesticidas y antibióticos, advirtió Buczinski.

Haciéndose eco de preocupaciones similares, la eurodiputada verde belga Saskia Bricmont señaló que Brasil usa unos 500 pesticidas, de los cuales 150 están prohibidos en la UE, lo que aumenta el riesgo de importar productos con estos residuos de pesticidas a la UE.

“El principio de precaución no está presente en el acuerdo”, advirtió Bricmont, y agregó que los productos que se importan a la UE deben seguir las leyes de la UE.

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