Una odisea en el espacio: por qué es necesario regular la galaxia

Una odisea en el espacio: por qué es necesario regular la galaxia

En un entorno espacial complejo, cambiante y cada vez más disputado, las naciones deben adoptar un enfoque más integral de la gobernanza espacial. De hecho, la intersección de intereses comerciales, avances tecnológicos e imperativos de seguridad nacional en nuestras órbitas presenta nuevos desafíos.

La guerra de agresión de Rusia contra Ucrania ha puesto de relieve la naturaleza dual de las tecnologías espaciales, que ahora sirven tanto para fines civiles como militares críticos con una frecuencia cada vez mayor.

Durante el conflicto, las fuerzas rusas y ucranianas emplean ahora satélites de observación de la Tierra, anteriormente dedicados a monitorear fenómenos ambientales, para tareas de reconocimiento y recopilación de inteligencia en el conflicto.

Como resultado, la protección y la resiliencia de las capacidades espaciales se han vuelto críticas. Países de todo el mundo están tomando nota. El reciente ejercicio militar AsterX de Francia es el último ejemplo de los esfuerzos en curso para reforzar las capacidades espaciales y salvaguardar la integridad de los activos.

El impulso europeo para regular el espacio

A pesar de un aumento exponencial de las actividades en este ámbito, el espacio sigue estando ligeramente regulado. En respuesta, ahora hay un impulso evidente para que potencias regionales como la UE legislen y protejan el acceso soberano al espacio a través de lo que podría describirse como un enfoque de doble vía hacia la seguridad (preocupaciones por la sostenibilidad) y la protección (preocupaciones relacionadas con la defensa).

La UE ha estado reevaluando su postura sobre el espacio como ámbito militar. El Estrategia Espacial de Seguridad y Defensa 2023 destaca la creciente dependencia del bloque del espacio en este contexto.

Además, la primera Estrategia Industrial Europea de Defensa (EDIS) prevé la implementación de proyectos clave, incluida la concienciación sobre el dominio espacial, cuya finalización o avance está previsto para 2035.

Paralelamente, la UE está promoviendo un uso seguro y sostenible de los recursos orbitales a través de su enfoque para Gestión del tráfico espacial. La Agencia Espacial Europea (ESA) también busca avanzar en la agenda de sostenibilidad espacial desarrollando su Carta de Basura Cero.

Estos esfuerzos son cruciales, pero a menudo no logran observar el vínculo fundamental entre promover la seguridad espacial y garantizar la seguridad general. En el ámbito espacial, el desafío apremiante de la congestión orbital requiere una recalibración de la estrategia.

Adaptación de las estrategias de defensa espacial

El estado del entorno orbital es ahora completamente diferente al que tenía cuando entró en vigor el primer tratado sobre el espacio ultraterrestre hace 60 años. Con el surgimiento de la industria del Nuevo Espacio, el número de satélites que orbitan alrededor de la Tierra ha aumentado significativamente, pasando de aproximadamente 500 a 8.000 en los últimos veinticinco años. Como resultado de esta tendencia, la cantidad de desechos rastreables y no rastreables se ha disparado, creando un entorno sumamente frágil para la realización segura de todas las actividades espaciales.

La congestión orbital aumenta el riesgo de colisiones, lo que supone una amenaza directa para los sistemas espaciales, incluida la defensa. A pesar de los avances en términos de vigilancia espacial y tecnologías de seguimiento, no todos los desechos pueden monitorearse y, por lo tanto, evitarse.

Además, los desechos resultantes de ataques cinéticos y de otro tipo contribuyen a la fragilidad de todo el entorno orbital, aunque a menudo se pasan por alto en las estrategias de defensa espacial. Las recientes advertencias rusas sobre el desarrollo de armas nucleares espaciales ponen de relieve preocupaciones de seguridad más amplias.

El uso de un arma nuclear en órbita daría como resultado una nube sustancial de escombros, lo que haría que el uso de órbitas cercanas probablemente no fuera práctico. Si bien es poco probable que las principales naciones con capacidades espaciales como Rusia pongan en peligro sus activos espaciales, otras naciones como Irán podrían intentar nivelar el campo de juego.

Las estrategias actuales diferencian de manera inexacta entre preocupaciones de seguridad y protección. Por lo tanto, es difícil identificar toda la gama de amenazas que pesan sobre la integridad de los activos espaciales en una sola estrategia común y, por lo tanto, es difícil abordarlas.

Cooperación UE-OTAN

Las leyes y estrategias futuras deben proporcionar una comprensión integral de los desafíos a nuestro acceso soberano al espacio. Con la capacidad de establecer requisitos vinculantes para regular el acceso a su mercado interno, la UE se encuentra en una posición única para fomentar comportamientos más sostenibles.

A sólo unas semanas de la publicación de la primera propuesta de un Derecho espacial de la Unión Europea (EUSL), el bloque debe reconocer las interdependencias entre la seguridad espacial y la protección.

Avanzando y ampliando el modelo francés AsterX, también deberían fomentarse ejercicios militares teóricos con socios de ideas afines. Los escenarios a desarrollar deben considerar los riesgos de seguridad como principales amenazas a las operaciones militares. Además, facilitar el intercambio de información es fundamental para reforzar nuestra seguridad común en el marco de la cooperación UE-OTAN.

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